martes, 2 de diciembre de 2008

LA CAPERUTXA VERMELLA TAMBÉ ANIRÀ AL FESTIVALUCHO

Había una vez una niña muy bonita. Se llamaba Hanna Rita Barberà. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja. Un día, un graznido sesgó la apacible tranquilidad del bosque de Endoor allá en casa de los Barberà...
- ¡Caperucita!, Eres un engendro diabólico!. ¿Por qué no te has comido los pastelitos de la Pantera Rosa que te compré el otro día en el Carreful? - preguntó su madre.

- ¡Mámaaa!, que'l pastelito tenía un color raro, y además se movía! - respondió la pícara valenciana (pues sí, aunque no lo creáis, Caperucita nació en la Capital del Túria).

- Bueno, pues yo no los voy a tirar, que's tamos en crisis y tu padre me pregunta luego en qué me gasto el dinero! - exclamó la matriarca.

- ¡Mámaaa!, qué yo no los quierooo!, qué han empezado hablarme cómo Jiménez Losantos! - espetó la zagala.

- ¡Collons!, ya tengo la solución. Se los vas a llevar a tu abuela!. Así tu padre no podrá decir que no tengo detalles con su madre. Además, a ver si le da un subidón de azúcar y nos deja tranquilos ya! - concluyó la madre.

Y así, Caperucita Roja después de tomarse su Choleck de fresa recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino hacia casa de su abuela que vivía al otro lado del bosque, con el IPOD a toda caña y escuchando el último disco de Búnbury para evadirse de la realidad, ya que cruzar el bosque era muy peligroso, debido a que siempre andaba acechando por allí el lobo. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas, los camellos, los yonkis, las robo-pilinguis...

- La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve los pastelitos de la Pantera Rosa- pensó la xiqueta mientras se dirigía al Cabañal toda contenta.

Al llegar, un grito volvió a romper la calma del bosque de Endoor...
-Welaaaaaaaaaaaaa!, ya estic aquí!. T'he portat uns pastissets de moniato! - gritó enérgicamente la xicoteta.

- A ver trae p'aca - susurró la viejuna.

Y así, la niña se acercó con su cesta hasta la Abuelita, la cuál, iba ataviada en un camisón de raso comprado en el mercadillo de los lunes que se planta en la plaza del pueblo, porqué instantes previos a la llegada de la mocosa, la viejecita se encontraba acostada.(uff!!!, uff!!)


Pero de repente la cesta comenzó a temblar. Caperucita la abrió emocionada esperando ver la respuesta de su querida abuelita...
Entonces, una extraña forma surgió de la cesta abalanzándose sobre la vieja y la devoró ante la mirada incrédula de la pequeña valencianeta.
A todo esto, el Lobo Feroz (amante secreto de la Abuelita) se encontraba en la habitación de matrimonio, y al escuchar el abrupto sonido de los huesos desmenuzados salió disparado a ver que sucedía.

- Caaagon d'ell!!!, qué collons passa aquí!!!- exclamó el licántropo.

Y siguió gritando:
- Cheeee, qué merdes duus a la puta cenalla!!!

Acto seguido, la niña muy obediente le mostró el interior...

- Cuñaaaoooo!!!, anem al FESTIVALUCHO que mola mogolló! - espetó el chacho de Basket Case.
Y así, la Caperucita Roja, el Lobo Feroz y su nuevo amigo, el pastelito de la Pantera Rosa, se dirigieron hacia el Casal de Joves de Llevant situado en la Calle Mateo Obrador para disfrutar de un FESTIVALUCHO muy way!!!
P.O. Moraleja, no quieras comer más de lo que puedes abarcar.
dedicat a la Nora i l'Aitaneta

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...Javi...creo que este está escrito por tí!!!! :)

Un abrazo!!! A ver si me paso el día 9!!

Pp Mayol.

Anónimo dijo...

cuanto has tardado en hacer esta chorrada 2 horas es penoso